Además de resultar muy bellas y de cumplir una importante función biológica, las flores actúan también en muchos casos como un valioso recurso medicinal y estético. Conozcamos dos variedades que ayudan a mantener una piel saludable, joven y hermosa.

Boca de Dragón, el enemigo de la piel seca

Esta vistosa planta, muy apreciada en jardinería, crece en taludes, paredes y márgenes de caminos, y su periodo de floración ocurre durante la primavera y el verano. Entre sus propiedades podemos mencionar que es emoliente, astringente y antiiflamatoria. Pueden utilizarla las personas con la piel seca o agrietada, o que presenten heridas superficiales, llagas, úlceras, granos y eccemas.

Su uso es tópico, una infusión de flores u hojas se emplea para humedecer la zona afectada, o para empapar compresas y disponerlas sobre la piel. También se utilizan cataplasmas y emplastos con planta fresca, o aplastada y convertida en una pasta homogénea que se aplica sobre forúnculos y abscesos.

Pensamiento, depurativo de la piel

Florece en primavera y verano, y es de colores variados, generalmente amarillo o tricolor. Actúa como antiinflamatorio, diurético y depurativo. Esta última propiedad acelera la eliminación de granos, forúnculos y eccemas. Cumple el papel de un diurético eficaz en caso de cistitis, edemas y tensión arterial alta.

Ayuda a eliminar las piedras del riñón y los excesos de ácido úrico y urea. Sirve también para bajar la inflamación de las encías y la sintomatología de las afecciones de tipo alérgico, como conjuntivitis y rinitis.

Se aplica en infusión (una cucharada de postre por taza) humedeciendo la zona afectada o empapando compresas; mezclada con otras plantas como cola de caballo o caléndula; también podemos encontrarla en jarabe para la tos (de venta en herbolarios). Ten en cuenta que si padeces de insuficencia renal o cardíaca debes consultar con tu medico antes de utilizarla.